lunes, 14 de abril de 2008

14 d'abril....




“Recuérdalo tu recuérdalo a otros.... no es sólo un poema sobre la Guerra Civil Española..., es un poema que habla de la fe, de la dignidad y de la nobleza, de lo mejor de los seres humanos... Eso significó aquella lucha para Luis Cernuda que la vivió y eso representa para mí que la recuerdo hoy y la recuerdo a otros, acatando el mandato del poeta. Eso es lo que el sueño de la Segunda República Española representa para muchos españoles de mi generación que crecimos en un país oscuro e inmóvil, que llegamos a creer que España había sido condenada desde siempre a la oscuridad de la caverna, a la inmovilidad de los años iguales, feos, grises, y que sólo mucho después descubrimos en vosotros, en vuestra fe, en vuestra dignidad, en vuestro coraje, un motivo para estar orgullosos de haber nacido aquí. El orgullo de heredaros y el deber de recordar.

“Que mi nombre no se borre en la historia”. Esta fue la última frase que escribió Julia Conesa, una modista de 19 años que fue fusilada... en las tapias de la vergüenza del régimen fascista. “Tened en cuenta que no muero por criminal, ni ladrona, sino por una idea” eso nos pidió Dionisia Manzanero, otra de las trece rosas, y eso es lo que le debemos a ambas y a todos que como ellas dieron la vida por nosotros... por el futuro. Eso es lo que le seguimos debiendo a la mejor generación de Españoles que ha existido jamás. Una generación, la vuestra, con la que España mantiene una deuda eterna y eternamente pendiente. Nosotros somos la historia a la que se confió Julia Conesa. Nosotros somos el fruto de vuestra fe, de vuestra lucha, de la ejemplar dignidad con la que afrontasteis la traición y la derrota. Y nosotros estamos hoy aquí para daros las gracias por ser lo que sois. Estamos aquí para recordar y para recordárselo a otros. Para afirmar que ya va siendo hora de que la historia se ponga a la altura de sus protagonistas....

Porque sólo cuando se recuerde de verdad lo que significo aquel proyecto que asombró al mundo, que derramo luz y justicia sobre un pueblo que nunca había sabido lo que era vivir con dignidad y vivir en libertad y que situó a España por primera y única vez en muchos siglos a la cabeza del progreso de las naciones. Sólo cuando eso ocurra, podremos miraros a los ojos sin avergonzarnos.

Ningún monumento brilla tanto como la verdad. Ningún homenaje es más justo que la limpia reivindicación de la memoria... Gracias compañero, gracias, por el ejemplo. Gracias porque me dices que el hombre es noble, nada importa que tan pocos lo sean, uno, uno tan solo basta como testigo irrefutable de toda la nobleza humana. Lo recuerdo yo y lo recuerdo a otros...”

Almudena Grandes

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